Me senté y cerré los ojos y entonces me vi... me vi a mi, llena, repleta de amor que no había dado, de amores que nunca habían sido amores, rodeada de personas que no me interesaban. Entonces paré... Y me acordé que me habían amado, que había personas que realmente se interesaban por mi, a quienes realmente les importaba.
Me acordé de cada una de las tarde donde me había dedicado a caminar en silencio por la calle, con la cabeza solamente en la musica que escuchaba en mis oidos, y la vista solo en mis pies.
Viajé hasta mi infancia, cuando me sentaba bajo los árboles con mi papá, y tan solo nos reiamos, el me hacia cosquillas, o jugabamos. Cuando inventabamos juegos con mis primas. Cuando pasabamos tardes enteras corriendo, gritando, bailando, cantando y millones de cosas mas, con ella...la hermana que nunca tuve, mi prima Araceli.
Y fui a mi adolescencia, metida atrás de libros que contaban grandes historias de amor, donde yo podía seguir imaginando mi futuro, cada tanto agarraba mi cuaderno y escribía una poesía tonta para el amor del momento, ese amor, ese amigo que nunca se había fijado en mi.
Los veranos en la costa, haciendo castillos de arena, cuando era chica... y tomando sol ahora de grande.. (aunqe cada tanto vuelvo a jugar en la arena (: ), las miles de meriendas junto a mis amigos, la infinidad de juegos en los recreos del cole...
Conocía personas mentalmente, imaginaba situaciones divertidas y ridículas, nunca perdí la facilidad de reirme sola y sin sentir vergüenza, sin creer que estará pensado la gente de mi sonrisa.
Cuando abrí los ojos me di cuenta que soy una nena que todavía mira el cielo sabiendo que lo puede conquistar cuando quiera, y una mujer que lucha por alcanzar todos los sueños, sabiendo que disfruto cada partícula del tiempo que le fue dado.
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